ATAÚD DE LAS 5 P.M

Mirando el tejado como la mayoría de las personas que están apunto de morir,
un desesperante zumbido acaba con la tranquilidad de estos últimos segundos.
la tarde ya serena desprende el calor que acompaña mi alma vieja,
mientras mi boca pierde su aliento entre la rigidez de este cuerpo que ya torna grisáceo.
Dedo admitir que me satisface tantas cosas de estar inmóvil
a la orilla de estas paredes que simulan un sobrio ataúd,
pues no debo preocuparme por contar lo que aveces pienso con nostalgia,
simplemente dejare de sudar, de respirar el aire que se curte entre sus narices,
con la calma de no escuchar latidos entre mi cuerpo.
Muchos de ustedes vendrán a este funeral
dejaran vacía la cafetera, lloraran unos mas que otros
y finalmente se irán dejando un potente frió.
por casualidad si al llegar la mañana los recibo con un "buenos días", con una tasa de café
o simplemente ven mi cuerpo andar por las calles, no teman, no soy un fantasma.
checo.
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