martes, 30 de septiembre de 2014
ES TARDE.
A EMILIO BARRAGÁN
Trato de
recuperar el instante,
las
oraciones, los gritos de discordias,
la compañía que no está,
olvido y
recuerdo en
la oscuridad,
bajo el silencio abstracto de su último suspiro,
pero ya es tarde.
Persigo los objetos
de la casa
confeccionando lo cotidiano
bordando las puntas
pesadas de las cortinas,
limpiando la cama y las frías sabanas de hierro
donde se oxidaron las palabras y se perdieron
quebrantadas
en los
posos de mi garganta.
Ahora solo me persigue
el inútil viento irrespirable
de estas noches de espera en el sofá,
dibujando el bosque de
tus canas,
saltando de uña en uña
hasta escuchar
el sonido del reloj resta.
Checo.
sábado, 27 de septiembre de 2014
GLORIA
Mis parpados,
tibios
trozos de carne
cayeron
como rocas entre el fango
y los
murmullos de
la falsedad. Los días madrugaban para pasar por mi cama, mientras a la luna ya
no le provocaba la popular taza de café, henchido de tardes llegarían
como un apego nicotínico sus pequeños ojos
menguantes y el rose flotante con
su rostro.
La vida que pasa desprevenida entre los
armarios,
también la pude llevar entre
las palomas de
todas las plazas y
entre los jarrones de la cocina, pero,
si hay
algo que he podido propiciar
es
que la vida es un flete con una cara
ligera pegada a la espalda que simplemente desprendes
y se va.
Checo.
HORAS
En el centro
de este laberinto un verso de opacos
colores atraviesa mi cuerpo, la exactitud de sus trazos conspiran con la agonía de este forastero que aun siente lo estragos de tu ausencia. El sol cae mientras la serenidad de la noche me ata al piso junto al complejo silencio y el deterioro natural de los cuerpos que aman sobre el muelle.
Sin duda alguna, el auge de la vida se encuentra al soltar tu cuerpo en el alto olaje de las horas.
Checo.
Sin duda alguna, el auge de la vida se encuentra al soltar tu cuerpo en el alto olaje de las horas.
Checo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)