martes, 16 de diciembre de 2014
DECRETOS SILENCIOSOS.
Meto mi cabeza entre las sabanas y la saco a pasear a lo largo del silencio. No es mi intención engañarlos a esta hora ni mucho menos ponerlos al tanto de mi soledad ceñida de tantos cabos sueltos. si así lo pensaron me han ofendido. no pretendo ser nadie más que aquel que escribe con serenidad algo tan sencillo como estar levitando en el preciso momento en que nadie dice nada, ni siquiera los objetos de la casa, ni siquiera las grandes avenidas de la ciudad. Más sin embargo todos los esfuerzos me llevan a los gritos extravagantes de mi conciencia donde lo entiendo todo, lo percibo todo. Tan sencillo como meter mi cabeza entre las sabanas y pasearla entre los lugares que no visito hace un mes y ahora me faltan o en las contables preocupaciones que no se comparten o en la necesidad de tomar una cerveza. Por eso se decreta que debo empezar hablarme de la misma manera como se empieza una guerra dejandome llevar por las lineas que entre metáforas, símil y alegorías susurran en virtud de las palabras.
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