A helena de la vega.
Muchas veces he querido grabar su nombre en mi piel o quizás sus medianos ojos desgastados por lagrimas que al caer en sus manos mueven las palabras y las lleva a vivir en laberintos, en muelles rotos, en aquel verde pasto, en un eterno cigarro o en la magnifica seis de la tarde. Se ha vuelto una costumbre percibir su aroma capaz de torcer hilos de historias en los que me dejo llevar sin temor, porque estoy seguro que puedo llegar mas allá de la muerte con ella.
Siempre he sentido que nació con muchas cosas que me pertenecen como la grata voz de sus alma donde abruma esa forma de mirar la luna en silencio,en ocaciones me he querido beber sus tristeza, sus miedos, sus noches de insomnio para quedarme con una de sus sonrisas, con el mas perverso de sus pensamiento, con su camisa azul de estrellas que solo en ella luce, con mas horas de su tiempo o con la estrofa mas sutil de su vida.
Checo.
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